Paris a ritmo de una habanera

Ian Manzanal

 







I …ritmo…


Tambores
en el fondo siempre escucho los tambores
y se me antoja preguntar
¿porqué están ahí?
tan profunda es la raíz
tantos anhelos se han quedado desde siempre
tanto mundo de tan pocos años.

Tambores
en el fondo siempre escucho los tambores
a ritmo de una habanera
y esta ciudad
y estas gentes
se me van quedando también
acaso en algunos años
será el tan-tan bonjour
¿te alejas otra vez?

Tambores
en el fondo siempre escucho los tambores

aquí o | ou là bas
en este barrio o | ou dans ce quartier
con esta gente o | ou avec ces gens
en fin | enfin

resuenan
y me hacen comprender
que es su ritmo
él que guía mis pasos.

II ...estaciones...


Siento las hojas de los arboles
que caen sin decir adiós
que flotan en un aire gris
y solo un seco gemido
las trae a la realidad
Por la vieja avenida
dejo correr mis pasos
tras un otoño triste
que no vendrá.

III …andares…


Caminabas por las calles de ese barrio
tantas veces recorrido
y nuevo
cada vez.
El cabello suelto al viento
peligroso
como une encarnación de ti
en el tiempo
de aquel futuro y ese pasado
de aquella calle y esos rincones
de tantos recuerdos y esperanzas.
Desenredabas en silencio
los balcones
con tus pasos inseguros
hacías turismo y nostalgia
al mismo tiempo
y dejabas caer esa lagrima
terrible
en el profundo antojo
de buscar otra vez tus huellas.
Las seguí
y pensé tal vez
que eran el retrato de mis anhelos
otra imagen de ese espejo centenario
otro vagar
intranquilo
de una ciudad
que reaparece
siempre diferente
ante sus ojos.

Yo en ti tentando el pensamiento.
Tú en mi trenzando destinos.
Yo paseando por las calles
de ese barrio
tantas veces recorrido
y cada vez nuevo.

IV ...despertar...


Acabo de abrir los ojos en este horizonte
en este infinito andar de la vida
en este deseo
que jamás soñé.

La primera luz que se acostumbra
a mis pupilas,
no es la que tal vez creí
pero acaso lo que tal vez ya supe,
una primavera de emociones
un sinfín de esperanzas
y un difícil destino a recrear.

No se penetra el alba con sencilla rapidez
hace falta apartar la locura
desterrar el destello de la duda
y buscar el limite inalcanzable
de lo imposible.

Acabo de amanecer mis años
en otro paraíso olvidado
en otro libro interesante
en otro instante
de tantos que todavía añoro.

V … ¿Quién eres? …


¿Dime quién eres?
Para que al fin pueda descubrir tu lado oculto
tu ultimo espacio,
tu rincón perdido,
ese que nunca pude atrapar
incluso cuando te encontré en el infinito.

¿Dime quién eres?
Para que al fin pueda
desnudarte con la mirada,
arrancarte todo el deseo,
y saciarte de esperanzas,
hasta que el mundo se vuelva nada
y quedemos solos en el vacío de lo absoluto.

¿Dime quién eres?
Para que al fin pueda
atrapar tu confianza,
compartir todo tu miedo,
sentir que te pertenezco,
como otra parte de tu infinito implacable
y de tu futuro volátil.

¿Dime quién eres?, por favor …
Pero recuerda que,
aunque no me lo digas,
a fuerza de vivirte,
lo descubriré...

VI … rumba negra …


Aché, aché p’a ti, aché, dice el tambor
Aché, aché p’a ti, aché, suena la voz
Aché, que mi rumba negra siempre esta despierta
Aché, que mi rumba negra sigue despierta

Todavía no sé como me hace vibrar
sigue moviendo mi cuerpo
sin duda alguna
Todavía no sé como se estremece
con esa música
que sale detrás del callejón
y recorre cada espacio
llenándolo todo
de aire y de sabor

Aché, aché p’a ti, aché, dice el tambor
Aché, aché p’a ti, aché, suena la voz
Aché, que mi rumba negra siempre esta despierta
Aché, que mi rumba negra sigue despierta

Todavía no sé de donde ha salido
cuál es el origen
y cuál es la meta
Pero sé que está ahí
y aunque no pueda verla,
la siento,
la siento,
la siento
y es imposible dejarla de lado
es imposible olvidarla
es imposible hacerle caso
temer y no encontrar

Aché, aché p’a ti, aché, dice el tambor
Aché, aché p’a ti, aché, suena la voz
Aché, que mi rumba negra siempre esta despierta
Aché, que mi rumba negra sigue despierta

Cuando iba al solar
después de tanto tiempo
a visitar a la vieja, que está sola
pero que no me olvida
no me encuentro con ella
solamente
y es como si hubiera algo más
otra dimensión
y una espera

Aché, aché p’a ti, aché, dice el tambor
Aché, aché p’a ti, aché, suena la voz
Aché, que mi rumba negra siempre esta despierta
Aché, que mi rumba negra sigue despierta

Y esa espera, se convierte en un tumulto
y abrazos
y miradas
tratando de sacar
del cuero más que un sonido
un retumbar del trueno
en fin
de la naturaleza
un retumbar no lejano,
no,
innato
lleno
profundo
bien adentro
Aché, aché p’a ti, aché, dice el tambor
Aché, aché p’a ti, aché, suena la voz
Aché, que mi rumba negra siempre esta despierta
Aché, que mi rumba negra sigue despierta

Claro, es por eso qué todo se mueve
imposible
todo se mueve
poco a poco
violento, pero con calma
inquieto, pero inalterado
y ya no es un cuerpo inerte
es un efluvio de sensaciones
de energías
de energías que se despilfarran
de energías que buscan como mezclarse

Aché, aché p’a ti, aché, dice el tambor
Aché, aché p’a ti, aché, suena la voz
Aché, que mi rumba negra siempre esta despierta
Aché, que mi rumba negra sigue despierta

VII … atrapado …


Estoy atrapado
entre la ilusión de lo imposible
y la realidad de lo adquirido
intentando alcanzar
el reflejo de una sombra
compartiendo con ansias
el minuto cotidiano

No pienso caer en la trampa
de una inmortalidad pasajera
pensando que nunca pueda resucitar

No espero otra cosa
que aquello que alimenta el alma
sin otra consecuencia que la saciedad

Sigo por el camino inexplorado
y en cada sendero encuentro
un universo infinito
Ando sin miedo, sin prisa,
con la sola razón
de nunca dejar de ser
quien soy.

VIII … agujeros …


No hay uno solo
sino una red inmensa
perdida en las penumbras
de la ciudad
Algunos dicen:
es feo, sin luz, incomodo, inseguro,
impenetrable y fétido
Otros afirman:
es practico, rápido, deslumbrante,
inmensamente creativo, …
Y a todos les corresponde
uno de entre esos adjetivos,
complementos
y sensaciones.

Yo estuve en ellos,
viaje en sus entrañas,
y puedo asegurar
que entre todo lo feo
hay algo bello e inteligente.

IX …noche de baile…


¿¡Que no daría yo por una noche de baile!?
Más que dar, sufrir
la música en mis venas y dejar que cada músculo de mi cuerpo
se altere en un sinfín de movimientos
incontrolados
pero con el único objetivo
de ser la melodía
y que el mundo alrededor
se altere en otro aún más incontrolable
sinfín de movimientos.

¿¡Que no daría yo por una noche de baile!?
Más que dar, llorar
por cada poro de mi piel la armonía perfecta
y sentir que no puede haber
otra cosa mas agradable,
y compartir con todos
lo que cada cual siente
tan agradablemente.

¿¡Que no daría yo por una noche de baile!?
Más que dar, temer
que se acabe de pronto y que la espera para empezar de nuevo
se vuelva
una tortura
un vacío implacable
un temblor nervioso
que se convierte en ritmo
en cuanto llega otra vez
la mínima oportunidad
de pasar una noche de baile.

X …libertad…


La libertad es la prisionera del alma
mientras más siente que es libre
más se queda atascada en una
sola idea.

La idea de tener una nueva oportunidad
solo que la oportunidad la tiene
todos los días
la oportunidad de soñar, de querer,
de sentir, de vagar.

La idea de tener un nuevo camino
solo que los caminos conducen
a lugares oscuros
si no se ha elegido bien
y se sigue sin mirar atrás.

La idea de tener nuevas ilusiones
solo que las ilusiones pueden
quedarse solo en eso,
en la ilusión de decir acaso
lo que nunca se dirá.

La libertad es un consuelo
como disculpa de no haberlo
hecho todo para alcanzarla.
La libertad es el miedo
de vivir sin haber luchado
por buscar por una vez la libertad.